Presentando vastas cantidades de información y comunicación, mantienen al individuo interesado e informado sobre los problemas de la sociedad. Pero se advierte la posibilidad de que este aprovisionamiento (quizás mejor llamado aluvión) de información no suscite sino una preocupación superficial. Que realmente sirva para "narcotizar" y no para estimular.
El individuo lee descripciones de problemas, se informa y es posible que hasta analice líneas de acción alternativas, pero esta conexión algo intelectualizada y remota con la acción social organizada no es activada. Ésta queda relegada al consumir cada vez mas tiempo en el "enterarme, informarme e interesarme" en el tema a solucionar.
El ciudadano llega a felicitarse por la magnitud de su interés e información sin advertir que se ha abstenido de decidir y actuar. Termina por confundir el 'saber' sobre problemas del momento con el 'hacer' al respecto de ellos. Es decir, confunde su contacto secundario (leer, ver, escuchar) con una 'actuación delegada' respecto al problema.
Las comunicaciones masivas están entre los narcóticos sociales más respetables y eficaces. Quizás tanto que impidan que el 'adicto' se de cuenta de su mal. Es claro que han elevado el nivel de información disponible en numerosas poblaciones. Pero, al margen de la intención, puede que estas dosis cada vez mayores de comunicación masiva estén invirtiendo las energías de los hombres, de participación activa a saber pasivo.
¿Por qué "disfunción Narcotizante"? El término Disfunción se refiere a que, a diferencia de las otras consecuencias sociales de los medios, esta no aporta al equilibrio y mantenimiento del sistema, no le es funcional. Respecto al "narcotizante" es claro que trabaja sobre la metáfora de la droga, del narcótico, que atonta y genera apatía tanto como conformismo.
El funcionalismo social trataba de explicar las instituciones sociales por las contribuciones que hacen a la supervivencia o al equilibrio del sistema social del cual forman parte. Haciendo un análisis abstracto de los medios masivos de comunicación y su incorporación en una determinada estructura social y económica, la escuela Funcionalista se centraba el las consecuencias de los mismos en el sistema y, según la naturaleza de estas, las denominó como 'funcionales' o 'disfuncionales' a este.
Las funciones de los medios son aquellas que ayudan a mantener el orden imperante. Aquellas que cuidan y sostienen el sistema en el cual funcionan, tales como la 'función coferidora de status' y la 'imposición de normas sociales' o 'función de denuncia social'.
Pero, asumiendo que no corresponde al interés de la moderna sociedad compleja tener grandes masas de población políticamente apática e inerte, existen algunas consecuencias sociales de los medios que no favorecen los objetivos planificados. La disfunción narcotizante es una de ellas.
- GIDDENS, ANTHONY TURNER, JONATHAN y otros. "La Teoria Social, Hoy". Editorial Alianza. Madrid . 1990
- LAZARSFELD, PAUL. MERTON, ROBERT. LOWENTHAL, LEO. HALLORAN, JAMES. WIEBE, GERHART. MORIN, EDGAR. BLOCK DE BEHAR, LISA. "Comunicación de masas, gustos populares y acción social organizada", en La comunicación de masas, Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1977
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http://presencias.net/indpdm
.html?http://presencias.net /educar/ht1065a.html "La comunicación de masas" Traducción y selección por Heriberto Muraro
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